domingo, 23 de enero de 2011

Satélites y Relojes Atómicos



AL INFINITO Y MAS ALLÁ!

El hombre siempre quiso ir más allá. Quizá sea su curiosidad, su deseo superarse, o desde un punto de vista antropológico de trascender al mundo en el que vive. Pero siempre, y lo ha demostrado con hechos a través de la historia, quiso ir más lejos y superar el último límite conocido.
Veo a los bebés que apenas pueden gatear y miran a su derredor explorando con la vista y cuando algo le llama la atención se lanza sobre ellos, de rodillas, apoyandose sobre lo que encuentran, a pesar de sus limitaciones y a pesar de su desconocimiento de todo, sin inibiciones y sin quitarle los ojos de encima, lo único que les satisface es llegar hasta ese objeto para tomarlo e investigarlo.
De la misma manera el hombre investiga su mundo a través de los siglos... pero de todas las ambiciones que impulsaron la evolución del hombre, quizá haya una que es la que lo movilizó de su lugar, que lo hizo caminar y caminar, atravesar selvas y desiertos solo para ver que hay detrás del horizonte y cuando las orillas de la tierra que pisaba lo detuvieron y las inmencidades de las aguas parecían infinitas buscó la manera de nadar
de flotar de navegar,  no le importó si monstruos horribles de tentáculos gigantes lo esperaran, no le importó si una cascada que terminara en la nada o en el infierno mismo destrozara sus naves en las profundidades más oscuras del universo. El hombre exploró en las profundidas, miro hacia los cielos, viajó a la luna con su mente durante miles de años, y si para hacerlo realidad tuviera que encender dos mil toneladas de combustible sobre sus espaldas lo haría.  Siempre más lejos, allá donde los ojos no alcanzan a ver que más hay, allí el hombre querrá ir.

"...para llegar a donde ningún hombre a llegado jamás."
                                             Extracto de la bitácora de vuelo del USS Enterprise.



                                             
El desencantamiento
 A través de los siglos fuimos descrubriendo nuestro mundo, fuimos confeccionando y perfeccionando
nuestra forma de representarlo. Los primeros intentos en hacerlo mezclaban ciencia y creencias, verdades y legendas. Creimos que la tierra era plana, que la tierra era el centro del sistema solar, que cuatro elefantes sobre una tortuga sostenian el plato terrestre. Pero los avances de la ciencia y la osadía de hombres aventureros, paulativamente fueron revelando verdades irrefutables que hasta los credos religiosos más ortodoxos debieron aceptar.

Hoy pensamos en el universo e instantáneamente nuestra mirada se alza hacia las estrellas y la idea de un espacio que no tiene fin se nos hace casi imposible de entender, una idea que intentamos fundamentar y explicar cientificamente pero que sin mayores explicaciones el común de la gente acepta casi como un dogma de fé, y paradojicamente allí en uno de los misterios donde la ciencia más quiere explicar por la razón, aún hoy, el hombre la acepta casi religiosamente como una verdad divina.





El centro del universo...
Los orígenes de la cartografía europea se sitúan en el Mediterraneo oriental. Naturalmente, las cartas antiguas representaban el mundo conocido entonces y, por consiguiente, colocaban en "el centro del universo" aquella ciudad o templo que consideraban más importante. Así las antiguas cartas griegas situaban en el centreo Delfos, sede del famoso oráculo de Apolo, mientras que la cartografía meditarránea de Dicearco, que vivió en el siglo II AC., tenía como centro la isla de Rodas.

El mapa más antiguo que ha llegado hasta nosotros se remonta al año 700 AC. aproximadamente. Esta hecho de arcilla y representa el mundo como un disco de tierra rodeado por el océano, con Babilonia en el centro.
Debería pasar mucho tiempo antes de que se hicieran verdaderos intentos  para dibujar una carta de los mares. Por ejemplo, alrededor delaño 580 AC., el matemático griego Pitágoras llegó a deducir que la Tierra era esférica y no plana. Posteriormente, durante el siglo IV AC., un griego llamado Piteas, partio desde el sudoeste de la Península Ibérica y llegó más al norte de Escocia, navegando a través del canal de la Mancha y el mar del Norte. Este griego era un experto astrónomo y pudo calcular la latitud de los lugares visitados, utilizando la altura del sol como referencia. Cerca de un siglo después, Eratóstenes fué el primero que descubrió un método para calcular la circunferencia de la tierra (¡el cual dió sorprendentemente excacto!) y de inmediato ideó una carta, con centro en Rodas, que introducía el principio de los paralelos para la latitud y los meridianos para la longitud.



Eratóstenes calculó con bastante precisión que el meridiano terrestre medía 39.500 kilómetros, lo que no está nada mal teniendo en cuenta que la medida correcta es de unos 40.000 kilómetros.
El experimento con el cual Eratóstenes realizó sus cálculos es considerado hoy en día, pese a sus errores, como unos de los experimentos más fascinantes e impresionantes de la historia.

Aquí adjunto un video con la explicación del experimento de Eratóstenes como solo excelentisimo y único Carl Sagan lo puede hacer...

El cinturón de fuego

Es sabido que en la edad media no solo se sabía sinó que además se aceptaba que la tierra era una esfera ( y estén seguros que esto no es mérito de Colón ni mucho menos), no obstante los credos religiosos volvían a  imponer restricciones sobre los pensamientos científicos y se sostenía la premisa de que no pudiera haber gente viviendo en el hemisferio Sur. Para ellos, las regiones tropicales formaban una especie de “cinturón de fuego” que impedía viajar al otro hemisferio. Puesto que la raza humana provenía en su totalidad de un solo ancestro y no se podía viajar al otro lado, era imposible que viviese nadie allí: o bien era simplemente océano, o bien había continentes sin habitantes humanos en ellos.
De hecho, la Iglesia Cristiana creía que la Tierra era plana y que la parte oriental se encontraba "arriba" y consideraba a Jerusalén como el centro del mundo. De estas ideas proceden los denominados Mappae Mundi, conocidos por los estudiosos como las cartas "T & O". Este nombre se debe al aspecto de los mapas, que parecían una "O" con una "T" en su interior. La "O" era el océano , rodeando todo el mundo conocido, mientras que la "T", formada por el mar Mediterráneo y los ríos Nilo Dnieper, dividía la Tierra en tres continentes, Europa, Asia y África.

El padre de la cartografía...
El primero en llevar a cabo  un intento serio de realizar una carta de navegación fue Mariano de Tiro, que vivió entre los años 70 y 130. Su trabajo influyó de manera incisiva en el hombre que se considera "el padre de la cartografía", Claudio Tolomeo, que alrededor del año 170, publicó la obra llamada Geographia. Se trata de un mapa del mundo "en proyección" en que, según el propio Tolomeo, pretendía plasmar la superficie curvada de la tierra sobre una superficie plana. Aunque tenía zonas notablementes precisas, dentro de sus defectos tenía un error grave que fué dar como válida estimación de Poseidoneo sobre la circunferencia terrestre de unos 30.000 km. aprox. en lugar de la de Eratóstenes de 39.500 km., sorprendentemente exacta para la época.
 
La aventura de la exploración
Recorrer la historia de la mano de la vida de los exploradores es sumergirse en un océano de aventuras con tantos descenlaces felices como trágicos. Ellos dedicaron sus vidas a trazar los contornos de los ríos, los límites de los continentes, pasos entre motañas. Ser el primero en llegar allí donde el clima lo hacía imposible, donde la selva espesa lo hacía invisible o la cima helada era inalcansable era lo único que los realizaba en su vida.
Desplazarse y conocer el mundo que lo rodeaba, significó también para el hombre econtrarse consigo mismo, descubrisrse en otras culturas, con otros rasgos con otros saberes.


En 1915, Sir Ernest Shackleton y los 27 miembros de su expedición polar se vieron obligados a abandonar el barco en aguas de la Antártida, el desastre parecía definitivo e irremediable
Una de las historias de aventuras más impresionantes de todos los tiempos.



  Muchos recordarán la película de "The Truman Show", en ella el protagonista sabía de la existencia del mundo, de sus lugares, de la gente que la habitaba, pero eso no le alcanzaba, en su interior algo gritaba, saber que más allá había un mundo no era suficiente, tenía que verlo que vivirlo en persona. Solo interactuando con el mundo se lo puede transformar, y el único que lo puede hacer por decisión propia es el hombre, por eso el hombre no solo tiene la capacidad de trascender al mundo sinó que si no lo hace no será feliz. Porque está en su naturaleza, porque esta grabado en su interior.




COMO LLEGAR...

Cuando el hombre quisó desplazarse se dio cuenta que necesitaba encontrar una manera de representar el mundo dentro del cual se encontraba.

¿Cómo podemos saber cuan lejos estamos de un lugar si nunca hemos ido, si nunca nadie ha ido?.

Yo los invito a cerrar los ojos por un instante, olvidar el lugar en el que nos encontramos e imaginar que estamos en altamar y después de mucho navegar hemos encontrado la isla del tesoro...
Hemos llegado a nuestra isla, pero nunca hemos estado allí, por lo que necesitaremos inevitablemente de ese añejo y ensangretado mapa del tesoro. ¿Pero que información tiene ese mapa? Como todo mapa del tesoro, fue hecho en poco tiempo y sin recorrer o conocer necesariamente la isla, por lo que tendrá solamente la información mínima y necesaria para llegar hasta la cruz tan deseada. Asi nuestro mapa dice...

Desde el barco encallado caminar quinientos pasos en dirección al volcán, allí desde lo alto del gran árbol de los monos asesinos se verá la cascada escondida, y en su garganta el tesoro del gran Morgan.

Como vemos cada que queremos ir en una dirección, necesitaremos saber hacia donde, ya que si el punto de partida somos nosotros solo tendremos que saber hacia donde ver para caminar hacia adelante. Recordemos que podemos obtener una línea recta uniendo nada más que dos puntos, en este caso uno somo nosotros y el otro punto el volcán que necesitamos visualizar.
No obstante, como ya habrán notado, los piratas nos han dejado una indicación más, y es que primero debemos encontrar el barco encallado. Y esto... ¿por que?... se preguntarán ustedes. Pues es simple, los piratas que nos antecieron jamás hubieran podido adivinar en lugar de la costa en que desembarcaríamos, por lo que para poder indicarnos la dirección en que caminar, se asegurarán de que estemos en el mismo punto de partida. Es evidente que si partimos de un lugar diferente de las costa y caminamos la distancia que se nos indicó, no llegaremos nunca mismo lugar donde se encuentra la segunda pista.

Vale decir entonces que para poder llegar hasta la cruz que indica el lugar del tesoro deberemos...
1- Partir del mismo lugar.
2- Usar los mismos objetos de referencia que nos definen las direcciones en que avanzar.
3- Saber cuanto debemos avanzar sobre cada una de estas direcciones.
4- Sobrevivir a los peligros. :)

Usar un mismo sistema de referencias es tan necesario para saber donde estamos unos de otros como hablar un mismo idioma para comunicarnos. Para que notemos cuan cotidiano es esto en nuestras vidas tomemos dos situaciones como ejemplo:
Aquí en Buenos Aires, donde los edificios son altos lo cubren todo y las calles no son necesariamente una grilla trazada perpendicularmente, es muy común que cuando vamos a la casa de algún amigo en un barrio que no conocemos nos realicen un plano de como llegar identificando varios puntos de referencia grandes y visualmente fáciles de reconocer marcando la distancia a recorrer entre unos y otros.
En cambio en una ciudad más nueva y más pequeña donde el urbanismo se ha encargado de que las calles sean paralelas y perpendiculares, será mucho más fácil, pues no importa donde estemos o a donde tengamos que ir, solo bástará que nos digán cuantas cuadras avanzar en un sentido y luego cuantas otras más ya sea a izquierda o derecha.
De la misma manera la evolución de la cartografía se ha encargado que tengamos un mismo sistema de referencia y solo necesitemos de dos datos (coordenadas geográficas) para ubicar cualquier lugar sobre la superficie.


GPS...
...la ubicación exacta
Los satélites emiten señales como ondas esféricas y calculan la distancia a los objetos midiendo el tiempo en
que tardan en volver estas señales después de rebotar en dichos objetos. El inconveniente es que el satélite obtendrá el mismo resultado con cualquier objeto que se encuentre a la misma distancia, no importa en que dirección, si están a la misma distancia a las señales les tomará el mismo tiempo para ir y volver. De esta manera y expresado de manera geométrica sabemos que nuestro objeto se ecuentra sobre la superficie de una esfera dada, pero no podemos precisar en que punto de la misma se encuentra.

Entonces, ¿como podemos saber en que ubicación exacta está el objeto si lo único que sabemos es la distancia a la que nos econtramos del mismo?

Pues bien, aquí es donde necesitaremos de la ayuda de otros satélites... Si cada satélite nos da las posibles ubicaciones sobre una esfera dada, tomemos entonces un segundo satélite y analicemos las posibles ubicaciones. Como el objeto tiene que existir, sí o sí, sobre las superficies de ambas esferas, el objeto tendrá que estar en la zona de interferencia entre ambas, lo que nos reduce las posibles posiciones a una circunferencia. Como esto aún es demasiado agregaremos un tercer satélite proporcionando una esfera más. Ahora la solución a nuestra icógnita se reduce a la intersección de una esfera con un arco de circunferencia, es decir a tan solo dos puntos. Un satélite extra eliminaría la opción falsa, pero tambíen podríamos descartarla facilmente por absurda ya que generalmente esta muy lejos de la superficie terrestre.

Un supercronómetro...
A quedado claro que los satélites miden la distancia a los objetos midiendo los tiempos en que vuelven sus señales. Pero sucede que las señales que utilizan los satélites son ondas electromagnéticas que (en el vacío)viajan a la velocidad de la luz, unos 300.000 km. por segundo, por esto pese a que los satélites se encuentran a unos 20 Km de altura, a las señales les toma alrrededor de 75 milisegundos en realizar el recorrido de ida y vuelta al satélite. Ésta característica si bien nos brinda la posibilidad de realizar mediciones de manera casi instantánea, nos crea una enorme dificultad... y es que un error de tan solo 1/100 de segundo provocaría una desviación en la medición de la distancia de 3.000 Km. Para salvar esta dificultad se ha dotado a cada satélite de un super Reloj Atómico...

EL RELOJ ATÓMICO
  • El primero se construyó en 1948, aunque el primer reloj que fucionó de manera fiable fue construido en 1955 y ocupaba una sala de laboratorio completa.
  • En 1967, el segundo fue redefinido oficialmente como la duración de 9.192.631.770 ciclos del cesio-133.
  • Tienen una exactitud: 10-9 segundos por día.
  • Admiten un error de un segundo cada 30.000 años los que usan isótopos de cesio-133 y 52.000.000 de años el más moderno que se esta fabricando.


Sin la ayuda de estos relojes la navegación satelital como hoy la conocemos no sería posible. Aquí adjunto un link a una página con información más detallada:
                                                                       

Seguramente lo olvidamos o simplemente no lo notamos, pero disponibilizamos nuestro máximo conocimiento y tecnología para ubicarnos y referenciarnos. El GPS es el mejor ejemplo de ello. Para llegar a este excelente sistema de navegación, debimos saber como llegar al espacio, dominar las telecomunicaciones, avanzar en electrónica, fabricar relojes atómicos y por supuesto haber recorrido el planeta.